Un día cualquiera
Cada día, y a la hora
en que crea el desconsuelo, castigo
a la tinieblas de las penas
me detengo a esperarte. Mucho tiempo,
igual que el polvo, me cae
sobre los hombros. Me quedo
tan prolongadamente mirando
el camino que, a lo lejos,
advierto que no viene nadie,
que aún no vienes. Y así otra tarde. Mañana
volveré. Tal vez. De nuevo
creará mucha soledad
y nadie habrá en el sendero. Un día cualquiera. Un día
en que haga tristeza, vengo.
Me encontraré en cualquier sitio.
Ya muerta
en que crea el desconsuelo, castigo
a la tinieblas de las penas
me detengo a esperarte. Mucho tiempo,
igual que el polvo, me cae
sobre los hombros. Me quedo
tan prolongadamente mirando
el camino que, a lo lejos,
advierto que no viene nadie,
que aún no vienes. Y así otra tarde. Mañana
volveré. Tal vez. De nuevo
creará mucha soledad
y nadie habrá en el sendero. Un día cualquiera. Un día
en que haga tristeza, vengo.
Me encontraré en cualquier sitio.
Ya muerta
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