Mi alma al descubierto 81
Estoy fatigada de tanto llorar, de recordarte, grito tu nombre al viento y luego ya cansada me desplomo sobre el césped húmedo y frío. El viento empieza a soplar fuerte, enjugó mis lagrimas y los caminos que éstas trazaron en mi rostro, se cruzaron por mi mentes tus palabras “donde quiera que yo este, siempre estaré a tu lado” en ese instante sentí fuerzas para levantarme y volví a mirar al horizonte. Y entonces comprendí, si comprendí que no es fácil decir adios, bajo ninguna circunstancia cuando se ha amado tanto como yo te he amado a ti.
0 comentarios